Durante la realización de un Plan de Igualdad, una de las medidas más populares y de mayor impacto sobre el bienestar de la plantilla es el Plan de Conciliación. ¿Pero en qué consiste? ¿Cómo se debe llevar a cabo y qué debe incluir?
¿Qué es un Plan de Conciliación?
El Plan de Conciliación en empresa es un documento en el que se diseñan y recogen todas las estrategias, objetivos y actuaciones en la empresa, al cual pueden acudir las personas de la empresa para poder realizar la conciliación de la vida laboral, familiar y personal, es decir, armonizar tanto la vida personal como la vida laboral. En otras palabras, el Plan de Conciliación es una herramienta para lograr la igualdad efectiva de oportunidades entre mujeres y hombres en el entorno laboral.
¿Es obligatorio que las empresas elaboren un Plan de Conciliación?
No es obligatorio para las empresas estar en posesión de un Plan de Conciliación laboral, sin embargo, sí hay una serie de medidas que se incluyen en dichos planes que son de obligado cumplimiento por ley:
- Permisos retribuidos de maternidad y paternidad (cuyos órganos reguladores son el Estatuto de los Trabajadores y el Estatuto Básico del Empleado Público);
- Reducción de jornada (legislada por el Estatuto de Trabajadores (art. 37);
- Permisos retribuidos por motivos de fallecimiento, accidente o enfermedad de parientes y/o familiares de hasta segundo grado;
- Permisos no retribuidos (ambos tipos de permisos están regulados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social);
- Excedencias laborales (también se encuentra regulado por el MITES)
Por tanto, podemos afirmar que, aunque no existe un compromiso tangente con la igualdad por parte de la empresa, si es recomendable poseer un Plan de Conciliación elaborado y a disposición de su personal al que se puedan acoger en caso de querer recurrir a alguna de estas medidas.
¿Cómo se elabora un Plan de Conciliación para la empresa?
La elaboración y diseño del Plan de Conciliación se realiza en tres fases mediante un proceso participativo en el que se cuenta con el personal profesional de la empresa.
En primer lugar, se identifican las necesidades y problemáticas principales que impiden u obstaculizan la conciliación laboral y familiar. Estas necesidades se recogen en un diagnóstico en el que se recogen datos cuantitativos y cualitativos, que se obtienen mediante análisis estadístico y desde las principales memorias y documentación de la empresa, así como por entrevistas individuales y/o grupales, así como focus group en los que se cuenta con el personal profesional de la empresa. De ambos procesos, se extraen unas conclusiones a partir de un análisis exhaustivo de los mismos.
En segundo lugar, a partir de las conclusiones del análisis de los datos, se diseñan y elaboran una serie de líneas estratégicas, objetivos y actuaciones, que también se conoce como plan de acción, adecuadas para la empresa, según sus características. El plan de acción puede incluir medidas que:
- Amplíen y mejoren la normativa obligada por ley;
- Estén orientadas a ofrecer flexibilidad horaria para el personal;
- Desarrollen la eficiencia del uso y distribución del espacio de trabajo;
- Sean inclusivas y cercanas con los servicios de cuidados de personas dependientes;
- Mejoren la calidad de vida del personal del equipo de trabajo; entre otras.
Por último, una vez se ha terminado de elaborar el diagnóstico y se ha establecido el plan de acción, se comunica y difunde el Plan a toda la plantilla para que, las personas trabajadoras de la empresa tengan conocimiento de los recursos y disposiciones de las que consta el Plan de Conciliación a los que pueden recurrir. También es recomendable, tanto como que se incentive el uso del Plan, así como que se establezca un proceso de evaluación y seguimiento del Plan de Conciliación para que se pueda evaluar su impacto y necesidad de actualización en el tiempo, para adecuarlo a la coyuntura futura de la empresa.
¿Qué beneficios aporta la inclusión de un Plan de Conciliación en la empresa?
Los beneficios de un Plan de Conciliación son muchos:
- Mejora y adecúa el entorno laboral a la realidad de las personas trabajadoras;
- Incrementa el bienestar del personal profesional y técnico de la empresa;
- Impulsa y facilita la motivación del personal;
- Ayuda a reducir y prevenir ciertos conflictos laborales;
- Incentiva la retención del talento profesional, y, por ende, ayuda a reducir los costes de reclutamiento;
- Aumento de la productividad y reducción del absentismo laboral;
- Mejora de la imagen y reputación de la empresa.
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